En 1999, Undercómic -o lo que es lo mismo, Christian Osuna- editó mi primer tebeo, M. (Entonces firmaba sin la inicial de mi primer apellido)
Esta historieta fue dibujada en un momento bastante deprimente para mi. Trabajaba en un polígono industrial, repitiendo una y otra vez la misma operación: preparar esos paquetitos que llegaban entonces con los móviles. La tarjeta, un cuadernito con no se qué, un folleto por aquí y otro por allá. Llevaba ya un par de años haciendo exactamente lo mismo, pero además ahora nos habían trasladado a Getafe Sector 3, lo que quería decir que me tocaba coger el primer metro y salir corriendo al primer tren de cercanías en dirección hacia el culo del mundo.
Mi sueldo, que dependía de una ETT, no daba más que para el alquiler de un diminuto estudio junto a la Plaza Mayor (en Madrid) y poco más. Antes había vivido en un pueblo de la sierra pero con el cambio de lugar de trabajo resultaba imposible seguir allí. Ahora he vuelto a vivir en un pueblo (podéis seguir mis andanzas en mis nuevos tebeos autobiográficos editados por Libros de Autoengaño en no mucho aparecerá la segunda parte).
El dibujo es un poco lo peor, llevaba mucho tiempo sin dibujar, durante muchos años sólo me ocupaba de ganarme la vida con curros de mierda. Conseguí retomar el pulso después de varios cómics. El tebeo está lleno de mal humor y también repelente elitismo y pedantería pero también contiene algunas pinceladas de amor por los animales, la naturaleza, la música... y, lo que me parece más salvable, varios momentos para ridiculizar mi propia negatividad.
Creo que al final todo se podría resumir en esta tira de Peanuts:
